Nuestras palabras
nos impiden hablar.
Parecía imposible.
Nuestras propias palabras.
ya que cada vida es una cuerda.
Pero unas cuerdas sirven para saltar a la comba
y otras para ahorcarse con ellas>>.
y aquí entre dos calmas
lejos del cementerio
abro un libro de silencios
por la página de tu espalda
y encuentro la palabra alegría
y la palabra alegría lleva acento
y yo se lo quito
y te lo pongo en la nuca
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...y, llegado el momento,
cuando las ilusiones ahoguen el desengaño,
nada quedará sin ser devuelto
y mi alma os alegrará con una sonrisa....
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